miércoles, 24 de febrero de 2016

DOCUMENTO HISTÓRICO 11.3.

TEXTO:

MANIFIESTO DE MANZANARES:


Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos del Ejército liberal; el esfuerzo de los soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de Vicálvaro; el aplauso con que en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la libertad y de las leyes que hemos jurado defender. Dentro de pocos días, la mayor parte de las provincias habrán sacudido el yugo de los tiranos; el Ejército entero habrá venido a ponerse bajo nuestras banderas, que son las leales; la nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta ahora tanta sangre inútil y ha soportado tan costosos sacrificios. Día es, pues, de decir lo que estamos resueltos a hacer en el de la victoria. Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como garantía de todo esto queremos y plantearemos, bajo sólidas bases, la Milicia Nacional. Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponerlos por eso a la nación. Las Juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes generales que luego se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases definitivas de la regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.
Cuartel general de Manzanares, a 6 de julio de 1854.- El general en jefe del Ejército constitucional, Leopoldo O’Donnell, conde de Lucena.



COMENTARIO:


El presente texto es una fuente primaria, de naturaleza histórico-circunstancial de contenido político que reivindica una serie de principios que se habían eliminado durante la década moderada a la vez que propone un cambio político hacia el progresismo, estableciendo a Espartero provisionalmente en el gobierno.

La idea fundamental del texto es la transición del sistema político moderado al progresista, así como la reivindicación de una serie de principios como: el triunfo de la libertad y las leyes, la conservación del trono pero sin camarillas, la supresión del centralismo y el restablecimiento de la Milicia Nacional.

Este texto se enmarca dentro del reinado de Isabel II, y más concretamente dentro del Bienio Progresista que sucedió entre 1854-1856. Este manifiesto tiene su origen en la década en la que los moderados estuvieron en el poder e implantaron un régimen de carácter conservador que se deriva al autoritarismo.

En la década moderada se gobernó mediante las llamadas "camarillas", grupos de intereses comunes cuyo objetivo era gobernar. Durante este período destacó la alianza de la Corona con los moderados. Se implantó la Constitución de 1845, cuyos principios eran el orden frente a la libertad, la importancia de la propiedad y el centralismo administrativo. Además, burlaba la declaración de derechos de 1837.

Por todo ello, en 1854 se produjo una revuelta a dos niveles: por un lado, se fragmentó el moderantismo a causa de O'Donell y se creó la Unión Liberal; por otro lado, se creó el Manifiesto de Manzanares que promovía el cambio al sistema político progresista con el general Espartero al frente.

Como consecuencia, se retornó al sistema político de 1837, y se estableció la Constitución de 1856, de carácter progresista que no se llegó a promulgar. Además, se realizaron reformas económicas que no tuvieron gran éxito. Todo esto provocó un clima de conflictividad al final del período, alza de precios y revueltas obreras y campesinas que fueron reprimidas por el ejército y la Guardia Civil, hasta que O'Donell sustituyera a Espartero y ponga fin al Bienio Progresista.

Años finales del reinado de Isabel II.

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