martes, 23 de febrero de 2016

DOCUMENTO HISTÓRICO 10.3.

TEXTO:

DECRETO DEL 1/10/1823:


“Bien públicos y notorios fueron a todos mis vasallos los escandalosos sucesos que precedieron, acompañaron y siguieron al establecimiento de la democrática Constitución de Cádiz en el mes de marzo de 1820: la más criminal traición, la más vergonzosa cobardía, el desacato más horrendo a mi Real Persona, y la violencia más inevitable, fueron los elementos empleados para variar esencialmente el gobierno paternal de mis reinos en un código democrático, origen fecundo de desastres y de desgracias. (…). No fue estéril el grito general de la Nación: por todas las Provincias se formaban cuerpos armados que lidiaron contra los soldados de la Constitución (…) La Europa entera, conociendo profundamente mi cautiverio y el de toda mi Real Familia (…), determinaron poner fin a un estado de cosas que era el escándalo universal, que caminaba a trastornar todos los Tronos y todas las instituciones antiguas cambiándolas en la irreligión y en la inmoralidad (…). Sentado otra vez en el trono de S. Fernando (…), deseando proveer de remedio las más urgentes necesidades de mis pueblos, y manifestar a todo el mundo mi verdadera voluntad en el primer momento que he recobrado la libertad; he venido a declarar los siguientes: (…) Son nulos y de ningún valor todos los actos del gobierno l amado constitucional (de cualquiera clase y condición que sean) que ha dominado mis pueblos desde el día 7 de marzo de 1820 hasta hoy, día 1° de octubre de 1823, declarando, como declaro, que en toda esta época he carecido de libertad, obligado a sancionar las leyes y a expedir las órdenes, decretos y reglamentos que contra mi voluntad se meditaban y expedían por el mismo gobierno (…)”.


Decreto del 1 de octubre de 1823.
COMENTARIO:


Se trata de un texto jurídico, ya que es un Decreto; aunque el preámbulo, del propio Fernando VII, podría considerarse como un texto subjetivo. El contenido del texto es político y es una fuente primaria ya que no ha sido modificada. La idea principal es la anulación de la política liberal realizada durante el Trienio Liberal en España, y los motivos por los que se hace. En el texto, Fernando VII expone unos hechos ya pasados en el momento en el que se escriben: el cautiverio y la miseria al que alude se refiere al trienio liberal. A esta situación se había llegado tras el golpe de Estado del comandante Riego, que se subleva en Cádiz con el ejército que debía embarcarse a América para combatir a los independentistas hispanoamericanos. Tras el triunfo del golpe de Estado de Riego, se proclama la Constitución de 1812 y se impone un Gobierno liberal que llega después de 6 años de feroz absolutismo, crisis económicas, pronunciamientos liberales fracasados y mal gobierno de la camarilla de Fernando VII. Éste se ve obligado a jurar la Constitución de 1812. En estos tres años, los impedimentos puestos por el propio rey al gobierno, sus traiciones, la oposición absolutista del norte y la situación de política internacional, junto con la ineficiencia de los gobiernos liberales, hicieron que esta experiencia liberal durase tan sólo tres años. En un principio, gobernaron los liberales moderados, que recuperaron muchos de los anteriores decretos de las Cortes de Cádiz y otros de corte anticlerical. Tras el intento absolutista de Golpe de Estado que en 1822 dio la Guardia Real en Madrid, animada por el propio rey, los liberales exaltados llegan al poder. Pero no tuvieron tiempo de gobernar, pues la Santa Alianza, a petición del propio Fernando VII, preparaba la invasión de España para restaurar el absolutismo. Así en 1823, un ejército, formado en su mayoría por soldados franceses, llamado los "100 000 hijos de San Luis" invade España. El gobierno Liberal incapacita al rey y se lo lleva consigo en su huida hacia Cádiz. En septiembre, los liberales se rinden y liberan al rey, no sin antes hacerle firmar un indulto que impidiera futuras represalias contra ellos.

Este decreto y todos los demás que se elaboran durante el Trienio son, como se expone en el texto, declarados nulos. El rey justificó esto diciendo que todo se había hecho en contra de su voluntad, careciendo de libertad. Por esto, durante el siguiente y último periodo de su reinado, la "década absolutista" gobernará de forma autoritaria y reprimirá duramente a los liberales, aunque en algunos aspectos el gobierno mejoró, pues el rey delegó en ministros eficaces, lo que disgustó a los más absolutistas y fue preparando el problema sucesorio con el que terminará su reinado.

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